04 diciembre 2007

SIGO BUSCANDO PICAPLEITOS

Qué dura la profesión de abogado. Nervios y tensión constante que suelen propiciar algún que otro garrafal error en los interrogatorios. Para más inri en la mayoría de juicios todo lo dicho queda immediatamente reflejado por escrito (en las películas al menos pasa, la típica señorita pesada que no para de escribir a máquina y a pesar de que el abogado le dice que determinada cuestión no debe anotarla ella sigue erre que erre llegando la situación hasta el infinito ) por lo que ningún picapleitos se escapa de esa gran lupa y siempre acaban siendo devorados por sus hilerantes preguntas sin sentido... Más despropositos del gremio ya:

  • - ¿Puede describir a la persona en cuestión?.

    - Era de mediana estatura y llevaba barba.

    - ¿Era varón o hembra?.

  • - Toda respuesta suya deberá ser oral, ¿de acuerdo?. ¿A qué colegio fue usted?.

    - Oral.

  • - Doctor, ¿cuantas autopsias a personas muertas ha practicado usted?.

    - Todas mis autopsias las practico a personas muertas.

  • - ¿Recuerda qué hora era cuando examinó el cuerpo?.

    - Se inició la autopsia sobre las ocho y media.

    - Y el señor Relltomar ¿estaba muerto en aquel instante?.

    - No, estaba sentado encima de la mesa preguntándome por qué le hacía una autopsia.

  • - Usted se quedó allí hasta el momento en que se marchó, ¿no es cierto?.

  • - Así que la fecha de concepción (del bebé de la interrogada) fue el 8 de agosto.

    - Si.

    - ¿Y qué hacía usted en aquel momento?.

  • - ¿Dice usted que las escaleras descendían hasta el sótano?.

    - Sí.

    - Y estas escaleras, ¿también ascendían?.

Lo que nunca he entendido por qué mi padre me decía que era un abogado de putas pobres...

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