11 abril 2007

ALTAMIRA, PARAISO RUPESTRE

Esta Semana Santa he tenido el privilegio de visitar las famosas cuevas de Altamira. Bueno, no las originales pero si la Neo-cueva. Las cuevas de Altamira han ido cerrándose y abriéndose desde su descubrimiento en 1876 a manos del paleontólogo Marcelino Sanz de Sautuola (aunque éste fue informado de su existencia por un humilde cazador) El vertiginoso aumento de afluencia de espectadores a la "Capilla Sixtina" del Arte Cuaternario ponía en serias dificultades el buen mantenimiento de la misma. En 1998, el riesgo de perder esta maravilla prehistórica era muy elevada, todo provocado por la humedad, temperatura, bacterias y en general factores externos. Para solucionar y evitar la catástrofe se decidió cerrar temporalmente las cuevas al público. Para paliar en parte el impacto negativo de la clausura temporal fue creada la Neocueva. Esta es una réplica idéntica que dejará satisfechos a todos los visitantes.

Este patrimonio de la Humanidad según la UNESCO empezará a reabrir en breve sus puertas, pero solo para un limitado y escaso público. Solo unos elegidos tendrán el placer de contemplar el arte rupestre en estado puro. Habrán listas de espera de más de 30 meses. Si la Neocueva impresiona, observar la verdadera cueva debe ser increible. Que la suerte os acompañe.

En nuestro viaje por tierras cántabras, Santillana del Mar se puede decir que fue el centro neurálgico de operaciones (la casa rural alquilada estaba en Oreña, a escasos metros de Santillana) Y es precisamente en esta localidad donde se ubica Altamira. Quizás gracias a ello nos acercamos a visitar las cuevas. El sábado a la tarde acudimos para saciar nuestra sed de conocimientos pero para nuestra sorpresa el cupo de visitantes del día estaba cubierto y deberíamos volver al día siguiente. Y además a primera hora porque sino nadie te aseguraba que pudiéramos entrar. El domingo la entrada era gratuita por lo que se esperaba un amplio número de turistas que disfrutaban como nosotros de las vacaciones de Semana Santa. Pero nosotros no tuvimos que hacer ninguna interminable cola a pesar de acudir a Altamira a eso de las 11 y media (cuando acabó la Fórmula 1) El sábado tras la desilusión que supuso no entrar, la única chica que había en taquillas, viendo nuestras caras de pena y nuestro interés por conocer las pinturas, nos hizo un gran favor. Nos haría una reserva, cuando hacerlo era algo imposible (como bien nos enteramos a posteriori) para las 12 del mediodía del domingo. Nada de inagotables esperas, solo ir a coger las entradas que nos había preparado, burlando así a una multitud alborota. María Eugenia que así se llamaba la chica, nos hizo un enorme favor y desde aquí (junto con los bombones que le regalamos) se lo agradezco.

Dejar Cantabria sin haber acudido al museo Altamira y sus cuevas hubiera sido una grave error. El Museo, ademas de explicarte las pinturas rupestres concretas de Altamira hace un repaso a la evolución del hombre. Como conseguimos convertirnos en homo sapiens sapiens tras pasar por multitud de periodos. Hace casi 15000 años, unos hombres pertenecientes al Paleolítico Superior realizaron las pinturas que hoy, pese a todo, aun perduran. La Neocueva permitirá, a buen seguro, que su existencia no corra peligro alguno.

Si teneis oportunidad no dudéis en visitar las magníficas cuevas de Altamira, no dejan indiferente a nadie.

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