31 enero 2007

ODA A LA MUERTE

Entraste en mi vida hace cuatro años
y te llevaste un pedazo de mi.
Fuiste silenciosa y fría.
Tu recuerdo es aun imborrable.
Fue todo tan prematuro...
Estábamos en nuestro mejor momento,
el gran bache había quedado atrás.
En los últimos meses, fue él de verdad,

ni Dr. Jekyll ni Mr.Hyde, solo él.
En parte te agradezco esa segunda oportunidad,
pero me sabe a poco.
Fuimos felices de verdad sin mentiras ni engaños.
Me dejaste besar la gloria con mis labios
y me lo quitaste todo de golpe.
¿por qué elegiste ese preciso momento?
¿por qué eres tan caprichosa?
Nunca podré perdonarte.
El daño que causaste es en mi irreparable.
Nada volverá a ser como antes.
Me arrancaste un trocito de mi alma
y me dejaste cojo de corazón.
El hueco dejado no podrá llenarse,
él es irremplazable en mi vida.
Lamento no haberle dicho muchas cosas.
En sus últimos seis meses sentí verdadero orgullo.
Ojalá pudiera volver atrás,
arreglar todo el mal causado
y multiplicar el bien provocado.
Le echo mucho de menos.

Siempre estará presente en mi memoria.

A él, con todo mi amor...

Mireia, mi hermana, en su día escribió estos versos que resumen a la perfección como era:

Uno bebe palabras del diccionario
para considerarse algo más rico que el dinero.
Uno lee sus escritos y considera que su
contenido, a veces, sorprendente es amargo.
Siempre habla de tristezas y frustraciones,
de sueños que sólo son la meca de una
felicidad que no consigue alcanzar.
De sueños extraños y no meronormales.

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