REYES MAGOS

En primer lugar, avisar que si tienes entre 8 y 10 años o menos, por tu propio bien, mejor no sigas leyendo este artículo. Una vez avisados continuo... cuando éramos niños, éramos ingenuos y crédulos. Creíamos en una infinidad de personajillos mágicos como el Ratoncito Pérez o el Hombre del Saco. A la gran mayoría, al menos en mi caso, nos llegó el día en que abrimos los ojos "gracias" a terceras personas. Mi caso personal es el siguiente: estaba jugando con mi hermano el capipresi en la puerta del garaje cuando me dijo que los Reyes eran los padres. Joer, que decepción me llevé. En mi caso, mi padre era Gaspar y esta es la foto que lo demuestra...

Cada año íbamos mis hermanos, a veces primos y yo a la cabalgata de los Reyes Magos de Parets del Vallés. Mi madre siempre nos decía que fueramos a ver al rey Gaspar. Nosotros aunque a regañadientes (recuerdo que al capipresi le gustaba en especial Baltasar) accedíamos. Enorme era nuestra sorpresa cuando éste nos llamaba por nuestro nombre y nos daba muchos más caramelos que a los demás niños. Suponíamos que era por que eran magos y como tales, todo lo sabían. Cuan desencaminados estábamos. Cuan injustos cuando preguntábamos por que nuestro padre siempre tenía que trabajar aquel día del año. Las respuestas las conocimos cuando dejamos de ser niños y dejamos de creer en duendes, magos y brujas. Las conocí, cuando el capipresi me lo dijo. Creo que fue entonces cuando perdí la ilusión en estas fechas. Solo espero que si alguna día tengo hijos ésta renazca de nuevo dentro de mi.

Este artículo está dedicado especialmente a mi rey Gaspar allá donde esté (con toda la familia ausente seguro, comiendo mucho, riendo y jugando al domino) por todos los buenos momentos vividos.