CIUDAD DE LAS ARTES Y DE LAS CIENCIAS
Las vacaciones continuaron, llegamos a Bilbao procedentes de Gran Canaria el 20 de agosto para pasar tan solo una noche allí puesto que el siguiente destino era de nuevo Barcelona. A altas horas de la noche por fin estábamos ya en Parets. Y sin apenas tiempo de descansar, madrugón a las 5 y media, para dirigirnos hacia Valencia, en concreto hacia la Ciudad de las Artes y de las Ciencias en el fabuloso 407 del generoso capipresi que nos lo prestó a Janire y a mi.
Las visitas a este gran museo comienzan a las 10 y a esa hora exactamente adquiríamos nuestras entradas en la taquilla. La Ciudad de las Artes y de las Ciencias se divide en tres partes claramente diferenciadas: el Museo de las Ciencias, el Hemisferio y el Oceanográfico. Nuestra primera parada fue esta última zona.
El Oceanográfico es una zona dedicada a la vida acuática. Podemos ver desde caballitos de mar hasta morsas pasando por pingüinos, tiburones o belugas, cada uno ubicado en su habitat natural o al menos en uno que refleja las mismas condiciones por lo que la zona se divide en diferentes pabellones. Ártico, Antártida, Mediterranea... Lo mejor para mi sin duda fue la exhibición de delfines que comtemplamos y un animalito en especial, las belugas del Ártico (es la especie de ballena que sale en la portada del catálogo), aunque Jani en cambio se enamoró de las simpáticas morsas. El Oceanográfico viene a ser una especie de Acuario de Barcelona pero a lo grande. Sin duda es la zona más amena del recinto.
El siguiente paso en nuestro ajetreado día nos llevó hasta el Hemisferio. Ésta es una zona donde se proyectan películas IMAX. Una sola sala que cada hora hace una pase de un film diferente. Cuando compramos en taquillas las entradas para visitar todo la Ciudad tuvimos con prisas que escoger una película y nos decantamos por Arrecifes de Coral. Aunque había otras también interesantes como: Los Misterios del Nilo, La Noche de los Marcianos, Secretos del Titanic o La Aventura de Shackleton (aventura en la Antártida). Nuestra elección resultó ser excelente. La película en formato IMAX era realmente espectacular.
Siguiente y última parada: el Museo de las Ciencias. Como el Oceanográfico, en Barcelona tiene también a su homónimo, el CosmoCaixa, aunque el de Valencia también es a lo grande (ni que fueran vascos joder ostias). Tres plantas dedicadas a la ciencia en exclusiva. Muchísimas secciones que abarcan temas de muy diferente índole como una visión científica de las drogas o un taller estudio de TV. También podemos encontrar un taller de huellas del pasado, un planetario, lecciones sobre el genoma y el ADN o un taller de insectos. Especial importancia el legado de dos científicos españoles: Severo Ochoa y Ramón y Cajal. Una infinitud de propuestas, y eso que solo he mencionado una pequeña muesca, que no dejan indiferente a nadie. Personalmente la que más me entusiasmó fue la de Los Materiales del Éxito. Esta muestra está basada en los disciplinas deportivas teniendo cada una una sección interactiva: fútbol, ciclismo, escalada, tenis...
Sobre las 7 de la tarde, exhaustos, rendidos y agotados abandonamos Valencia dirección Parets. La Ciudad de las Artes y de las Ciencias es 100% recomendable. El proyecto no obstante no está del todo finalizado ya que aun se divisan obras por doquier entre las distintas zonas. La experiencia para nosotros fue muy positiva solo lamentar el cansancio acumulado y la imposibilidad de ver la ciudad por la noche debido al sumatorio del primer factor y al de un agujero económico cada vez mayor...
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