LA NO FOTO CON CAPARRÓS

Hoy hace una semana exactamente tuvo lugar lo que da origen al siguiente post. Regresaba de Bilbao sobre las 6 y poco de la tarde y lo hacía en avión. Al llegar al aeropuerto de La Paloma en Sondika observé que había mucha más gente de lo normal, la mayoría congregada en las ventanas de Iberia. Al acercarme noté que había un grupo de personas que vestían la misma indumentaria por lo que deduje que debían ser un equipo de algo. Al llegar hasta las inmediaciones de Iberia distinguí a alguno de los integrantes del grupo. Era la plantilla al completo del Athletic de Bilbao que se dirigían a Barcelona para enfrentarse al día siguiente al Barça de Messi. E iban a viajar en mi mismo vuelo.

La gente los agasajaba, les pedían autógrafos y se hacían fotografias con ellos. La pasión por los leones en Bilbao es muy similar a la vivida en Barcelona por el Barça o en la capital por el Madrid. Debo decir que sinceramente a más de la mitad de la plantilla no los conocía. Qué incultura futbolística la mía. Del Horno, Yeste, Orbaiz, Gurpegi, Etxebarría o Aitor Ocio que son de los más populares no viajaban con el equipo por diferentes motivos. En cambio si conocí a Iraizoz, Aranzubia, Tiko, Llorente, Aduriz, Iraola y Caparrós. A los Susaeta, David Lopez, Amorebieta, Koikili... no sabía ubicarles, los conocía de nombre pero no de rostro. Pude ver a todos y cada uno de ellos por qué compartimos zona de embarque y también un retraso de una hora. Pero como buena persona tímida que soy no me atreví ni a dirigirles la palabra. Eso sí, avisé al capipresi que me venía a buscar de las buenas nuevas para que reaccionara mejor que yo al menos...

La plantilla entró en el avión una vez todo el pasaje ya estaba sentado, ellos ocuparon toda la parte trasera por lo que uno a uno pude verlos a todos. A la llegada al Prat, tras un vuelo sin incidentes, pasamos a recoger las maletas. De nuevo volví a juntarme con los leones, incluso Gorka estuvo esperando su mochila junto a mi... aunque la mía salió bastante antes. En el vestíbulo del aeropuerto me esperaba el capi cámara en mano. Su objetivo, según me dijo, era fotografiarse con Caparrós. Salimos a la calle y esperamos cerca del autocar del Athletic.

Los jugadores empezaban a pasar por delante nuestro. Mientras Oriol me explicaba el funcionamiento de la cámara. Él como buen perico también quería ver a Gorka, el heroe de la UEFA perica pasada. Al poco éste paso por delante nuestro y el capi no desaprovechó la ocasión. Le paró, le dio la mano (Gorka casi se la rompe) y le dijo: Felicitats por tornar aquí. Muy inspirado no estuvo mi hermano la verdad aunque cierto es que al menos tuvo el valor de decirle algo. Pero podría haberle dicho que era perico, que menudo paradón frente al Benfica, que había estado en las semis de la UEFA frente al Werder... en fin. Esperemos que al menos en entendiera el catalán.

Tras el semi fracaso, Oriol desistió de hacerse la foto con Caparrós. Apagó la cámara y se la guardó aunque seguimos sin movernos de nuestra ubicación cerca del autobus. En estas que aparece Caparrós. El capi nervioso dice que si, que se hace la foto. Me tiende la cámara y para al susodicho. Yo hipernervioso no me doy ni cuenta que la cámara tiene el objetivo cerrado. Oriol se acerca y le abre, entre tanto habla animadamente con el mister:

- Oriol: Vente al Barça Caparrós.

- Caparrós: Pero si ya tenéis un magnífico entrenador.

- Oriol: Pero necesitamos la cantera y tu hicistes todo el Sevilla actual.

A lo que el mister esboza una buena sonrisa.

Qué grande y humilde es Caparós. Una vez abierto el objetivo me encamino a realizar la instantanea. Enciendo la cámara y zas... se acaban las pilas. Ver para creer. Por vergüenza digo ya está y gracias. Caparrós se aleja lentamente y le comento al capi le sucedido. La foto no ha salido. Qué mala suerte la nuestra. No pensamos ni en utilizar el móvil ni en nada... ya era tarde. La que podía haber sido la fotografía del año en el blog no existe.

La no foto con Caparrós es el sumatorio de la vergüenza y tímidez de este bloggero, de la poca previsión del capi al no comprobar las pilas y la mala suerte de ambos.